¿CUÁL ES EL ORIGEN DE LA PALABRA “BRUIXA”?

Etimología de la palabra: el término ‘bruixa’, el castellano ‘bruja’, el aragonés ‘broixa’ o ‘broiksa’, el gallego ‘bruxa’, parten de una misma raíz. Historiadores y lingüistas no se ponen de acuerdo en decidir de dónde provienen, veremos un par de las hipótesis que se manejan, aunque hay otras.

– Si nos fijamos en la posible raíz latina de la palabra ‘bruixa’, esta nos remite a ‘bruscu’, un término prerromano que designa a un tipo de anfibio que en castellano conocemos como ‘brujo’ (calàpet en catalán). El motivo de esa evolución semántica se debería a la atribución de características mágicas que se hizo a este animal durante la Edad Media. Esta hipótesis, pero, no ha sido aceptada por lingüistas.

– Joan Coromines en su Diccionari etimològic i complementari de la Llengua Catalana investiga el origen de la palabra “bruixa”, ya compilado en catalán en el s. XIII en el sentido que ahora tiene lo encontramos en las Ordinaciones de la Vall d’Àneu de 1424 dónde el legislador fulmina contra las que “han de nit ab les bruxes al Boch de Biterna”.

Coromines postula a favor del origen céltico del nombre: VROIK-SA, druida o pagana de la bruguera. Y matiza: “Y si la bruja vuela o baila a caballo de una escoba, es como el símbolo de la bruguera que frecuenta, porque la granera o escomba rústica es de brezo “bruc”.

Aparte de la palabra “bruixa” en Catalunya encontramos la palabra “fetillera”, (hechicera), esta palabra tendría dos posibles orígenes: el origen más aceptado es que proviene del sustantivo ‘fetilla’, que traduciríamos en castellano como “fetiche” o “hechizo”. La hechicera es aquella persona relacionada con la creación de talismanes, amuletos, y fetiches. Otra hipótesis es que procede de la palabra “fat”, destino, hado. Haciéndola partícipe del conocimiento pasado-presente-futuro.

Para Caro Baroja, la bruja es aquella mujer que pertenece a un grupo, aquelarre (aplec en catalán) que puede ser mayor o menor dependiendo de su territorio o localidad. El grupo, que también ha sido llamado conventículo, lleva a cabo un culto determinado, ya sea de naturaleza precristiana o posterior. La bruja también tiene cierto grado de secretismo social, puesto que tanto las brujas como el pueblo no desean hablar de ello. En Catalunya, la ‘bruixa’ es, por defecto, aquella persona que ha establecido un pacto con algún demonio o antigua divinidad.

La hechicera, en cambio, tendría un rol más individual, viviría más apartada de la sociedad, en las afueras del pueblo, tocando a la bruguera. Y a ella acudirían los que necesitaran recuperar la salud y otros objetos perdidos, sanar el ganado, problemas de la vida cuotidiana etc… En Catalunya la ‘fetillera’ se refiere especialmente a la mujer que trabaja la magia a través de los fetiches y los encantamientos.

En Catalunya tenemos otra figura que aparece recurrentemente: las Bones Dones, equivalente a los “cunning folk” de Reino Unido, que traduciríamos como “la gente astuta/la gente que sabe. Ellas, como la gente astuta, pueden ser curanderas de ámbito rural, que luego la mitología convirtió en seres feéricos.

Sobre los encantamientos que una bruja puede dar, destaca Amades en su libro el Mal donat de 1935, lo que llamamos: El Mal Donat (el mal dado) es decir, todas aquellas prácticas mágicas que benefician al que las lleva a cabo y perjudican a otros. El Mal Donat, tiene distintas formas: cito de Amades:

  • Encantament: arte de convertir a una persona o animal en cualquier otro ser u objeto.
  • Averany: el augurio o arte de augurar. L’averany puede ser malo o bueno, dependiendo de la resolución. La mayoría de endevinaires ven los augurios en hechos comunes, como en cocinar huevos, el vuelo de las aves, etc.
  • Encís i conjur: hechizo y conjuro, el llamamiento de una entidad o una acción mágica que toma forma ritualizada mezclado con una invocación.
  • Encortament / Nuament / Embibrillament: el arte de atar simbólicamente a una persona o animal u otros seres y elementos para evitar que desarrollen una acción o para privarlos de algo, ya sea para protegerse o para sacar provecho.
  • Malefici: el maleficio es la práctica genérica que se hace con intento de dañar o ‘fer mal’. El maleficio normalmente no suele ser verbal, sino que es una acción determinada con valor simbólico, normalmente considerada como magia simpática en la que el destinatario se verá vulnerado negativamente.
  • Ullprendre / Enaiguament / Malmirar: controlar a una persona y sus actos a través de la mirada. El mal de Ojo.

Es importante recordar que la brujería es algo vivencial, recoge el saber de generaciones que vivieron y dependieron del campo y del ganado desde los tiempos del Paleolítico por eso las prácticas espirituales de la brujería se pierden en la noche de los tiempos y todo son elucubraciones. Todo excepto la propia práctica.

Autora: Lidia Chalaux

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